Me detengo ante ellos y veo que contienen toda la historia de una noche, quizás de un día, quizás de años... Intento observarlos desde aquel lugar en el cuál son capaces de contarme esas pequeñas o grandes historias y detengo ese momento. Me aseguro de que perduren en el tiempo, de que no se conviertan en cenizas del pasado. Ellos cuentan mis momentos, los de mis amores, los de mis desganas, los de mis dolores... Ellos se convierten en eternos con el abrir y cerrar de mi obturador para no dejarme olvidar la historia de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario