No se en qué punto del camino me pierdo, más bien, me he perdido. Ya no tengo esa serenidad para ver señales en la vida, he perdido mi capacidad de observación. Ya no siento las voces del mundo, o quizás si las sienta, pero no las entiendo, las confundo y ellas me confunden a la vez. Sigo sin encontrarle demasiado sentido a todo esto, sigo sin saber que paso tiene que ser el siguiente, intento mantenerme atenta a la vida, pero mi capacidad de atención casi que se ha perdido en algún lugar de este camino que recorro a ciegas. Supongo que si me calmo, todo iría mejor.
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