domingo, 5 de octubre de 2008

Conversaciones con fotógrafos.

Pablo Ortiz: Hablemos de enseñar fotografía. Es obvio que te expresas con elocuencia y tienes capacidades específicas para esa dedicación. ¿Qué necesita aprender un fotógrafo? ¿Qué debe saber un profesor para ser bueno?.

Max Pam: es difícil. Si piensas en la fotografía globalmente y valoras cuantos buenos fotógrafos existen, te das cuenta de que son millones, porque en vierta medida es la manifestación artística de las masas. Todo el mundo comenta su vida con una cámara. En la mayoría de las casas del mundo occidental el libre más valioso de la biblioteca es el álbum familiar. La gente valora las cualidades del medio desde la perspectiva de "¿cómo salgo en la foto?". La fotografía también define la historia familiar, lo que es muy importante para las generaciones siguientes. El común de los mortales tiene una opinión inmediata sobre ella. No cree que se necesite ser un experto, porque es algo que todos hacemos. Creo que la fotografía es un arte singular con un espectro de posibilidades tan amplio como la escritura o la música ( considero a las tres ene l mismo escalafón en términos de complejidad y riqueza), lo que la convierte en algo muy duro. Son muy pocos los que cruzan la frontera para llegar a un lugar donde su trabajo es universalmente conocido y considerado valioso en el proceso de la civilización. Sobre esta base retomemos el tema de la enseñanza, donde en el caso concreto de mi universidad, se matriculan alrededor de 180 alumnos todos los años que se interesan por la fotografía probablemente por las mismas razones que yo cuando tenía su edad. Y, tres años después, de todos ellos, quizás cinco se licenciarán y continuarán siendo fotógrafos. Es un medio riguroso y el proceso de selección es apabullante. El reto como profesor consiste en descubrirles de un modo sencillo y claro cómo manejarse, adivinar cuál es el potencial de cada estudiante y motivarlos y empujarlos constantemente para que se conviertan en mejores fotógrafos. Además, he tenido alumnos que han cumplido el ciclo de tres años y no han explotado. Como sabes, puede pasar mucho tiempo, hay que esperar a que salte la chispa. Creo que en fotografía se alcanza un momento creativo y catártico que sucede de repente; es muy mágico, muy sorpresivo, y a partir de ese instante nunca mirar atrás.

Conversaciones con fotógrafos.
Ed. La fábrica.

No hay comentarios: